Es difícil para mi tener una memoria después de los 8 años que no incluya a mi mascota. Una cubeta blanca cubierta con una tabla que brincoteaba sin cesar al amanecer me la dió a conocer, regiomontana de nacimiento, chilanga de corazón, una travesía larga para llegar hasta su nuevo hogar, desde pasearse por los pasillos del autobús rumbo al Distrito Federal, hasta esconderse en una hielera para pasar desapercibida de los guardias que custodiaban el acceso al autobús en la central camionera.

Acariciando la mayoría de edad, a punto de cumplir sus 18 bien vividos años, acompañando cada etapa de mi vida, desde la renuente adolescencia, tirando fuertemente mis patines para llegar al parque, acercarnos rápidamente al final de la banqueta para tener que tirarme y evitar que nos atropellaran. Incansable en sus comienzos, siempre corriendo, crecí con ella y maduré aún más a su lado. Mi carrera fué alcanzarla desde pequeño y hacer que me alcanzara al final. A un día de saber el resultado de una de las decisiones más importantes de mi vida, el sentido del oido es lo último que se pierde al fallecer y espero que aún sea capaz de escuchar las noticias faltando unas pocas horas.

Correr a mi lado, no importando la hora, siempre acompañando mi paso y en su mayoría, marcando el ritmo, ojos bicolor siempre atentos de mis reacciones y las de mi familia, guardiana sigilosa de mis noches de estudiante. Sin cerrar los párpados hasta percibir mi propio cansancio y dormir siempre al final, esperando que tocara el colchón y apagara la luz.

Calentadora de pies sin comparación, compañera silenciosa, sobreviviente luchadora de enfermedades, sutíl testigo de los años que pasan, vigilante incansable esperando mi regreso. Visitando a cada momento y aspirando el aroma de las prendas impregnadas con la escencia de cada miembro de la familia. Familia nuestra, familia mia, amiga mia, te voy a extrañar aún más de lo que la distancia me ha permitido al saber de tu partir físico en dónde has decidido dejar el cuerpo que usaste para comunicarte con nosotros, conmigo, detrás e integrarte a la tierra para seguir acompañandonos a todos, acompañándome.

Me llena de tristeza verte partir pues ni si quiera pude hacer eso, verte… es el vacío que se crea en mi corazón y que siempre tendré presente en la grán lista de sacrificios que se tienen que hacer para alcanzar algo, espero lo entiendas, se que lo entenderás. Mi familia está contigo, mis pensamientos están contigo, mi cariño se va contigo…

Gracias por ser mi compañera.

Trushka