Y bueno, después de 5 horas de manejar para llegar a una ciudad que se localiza a 50 kms de Curitiba, debido a la múltiple troca de ideas y sin fin de dudas, resultó que no podíamos saltar en parapente, maldito viento del norte, el culpable un banco de niebla y la lluvia que acompaña todas las tardes de nuestro hermoso clima curitibano. Interesante ver una primavera cuyo amanecer es lluvioso, durante el día caluroso con un sol calante y para cerrar con broche de oro, nubes que ocultan el sol al atardecer y un frio que me recuerda a los despertares en el ajusco a las seis de la mañana.

En fin, hay que aprovechar el viento a favor y tratar de sacar lo mejor de cada experiencia.